La mente quiere acumular, perseguir, retener, aferrarse y afirmarse. No vive con naturalidad, sino que es compulsiva, y lo que a menudo llamamos espontaneidad no es otra cosa que fea mecanicidad. Escribe Ramiro Calle. Si estamos atentos al esto-aquí-ahora, continuaremos en el aprendizaje vital y sabremos estar también más vigilantes a lo que pensamos, decimos […] Sigue leyendo