Los accesorios de Yoga ofrecen estabilidad y apoyo, facilitan la alineación y hacen que algunas posturas sean más accesibles, además de crear longitud y espacio. También proporcionan libertad para indagar en diferentes aspectos de un asana al permitirnos estar en la postura más tiempo. Aquí te presentamos seis accesorios clásicos utilizados en dos posturas diferentes; la primera es un asana muscularmente activo (de naturaleza yang) y el segundo es un asana donde la musculatura está pasiva (de naturaleza yin). Si bien, hay muchos más accesorios con los que puedes complementar, aquí te hablamos de los accesorios más básicos.
Por Elena Sepúlveda
Mantas
Pueden utilizarse para elevar o amortiguar. Cuidadosamente dobladas o enrolladas sirven de apoyo en aperturas de pecho, flexiones, inversiones o torsiones. Y, por supuesto, mantienen el calor corporal en las posturas más pasivas. El sistema nervioso parasimpático activo envía la sangre al centro del cuerpo y lejos de las extremidades.
Postura activa con manta: Salamba Sarvangasana [Fig. 1] La manta bien doblada ayuda a proteger el cuello sacando presión de las vértebras cervicales y creando más espacio para relajar la garganta. La cabeza debe estar fuera de la manta y el borde de esta alineado con la parte superior de los hombros.
Postura pasiva con manta: Balasana [Fig. 2]
Una manta crea espacio en la parte posterior de las rodillas y evita la compresión en esta articulación; la otra proporciona apoyo suave y elevación al pecho y la cabeza; una tercera manta enrollada podría ir debajo de los tobillos para crear más comodidad en los pies.
Bloques
Sirven para añadir altura o longitud al cuerpo, restando compresión en las articulaciones. En posturas sentadas disminuyen la tensión en isquiotibiales y zona lumbar. En posturas de pie acercan el suelo al cuerpo y ayudan al equilibrio.
Postura activa con bloque: Parivrtta Parsvakonasana [Fig. 3]
El bloque acerca al suelo a la mano si no es posible llegar a él con facilidad, además de favorecer el equilibrio y permitir que se intensifique la torsión.
Postura pasiva con bloque: Upavistha Konasana [Fig. 4] El bloque debajo de los isquiones eleva las caderas y permite a la pelvis bascular, suavizando así el redondeo en la espalda lumbar.
Cinturones
Ayudan a profundizar en un estiramiento cuando la tensión de los tejidos limita la postura. Pero también sirven para sujetar las extremidades y proporcionarles control, además de evitar la hipermovilidad.
Postura activa con cinturón: Janushirsasana [Fig. 5] Si la espalda baja se redondea demasiado, el uso del cinturón permite explorar los movimientos más sutiles de elongar la columna y flexionar desde las caderas restando estrés a la zona lumbar.
Postura pasiva con cinturón: Setubandha Sarvangasana [Fig. 6] Rodear los muslos con un cinturón hace que sea posible soltar y relajar totalmente la musculatura de las piernas, mientras siguen manteniéndose dobladas. De esta forma, la espalda baja puede descansar mejor sobre el suelo.
Bolsters
Son útiles para abrir y soltar zonas concretas del cuerpo. Cuando se usan para sostener extremidades y torso, reducen la tensión en los huesos, a los que no les gusta estar colgando sin apoyo. También ofrecen un soporte efectivo en las extensiones de la columna, así como elevación en algunas inversiones.
Postura activa con bolster: Chaturanga Dandasana [Fig. 7] Aquí el bolster se encarga de hacer la parte más dura de elevar el cuerpo y libera la atención para que pueda concentrarse en la alineación de manos, brazos y hombros.
Postura pasiva con bolster: Bharadvajasana en descanso con torsión [Fig. 8] El bolster puede aliviar las molestias de la zona lumbar al tiempo que proporciona un suave apoyo y una elevación agradable para el pecho y la cabeza.
Sillas
Añaden intensidad al giro en las torsiones, además de aumentar la apertura en las extensiones de la columna. Por otro lado, brindan apoyo y una mejor alineación con menos esfuerzo. Se pueden utilizar diversos tipos de silla, pero asegurándose siempre de que sean estables y que no se vuelcan durante la práctica.
Postura activa con silla: Viparita Dandasana [Fig. 9] La silla intensifica el efecto de apertura en el pecho mientras libera las piernas y los brazos del peso del cuerpo.
Postura pasiva con silla: Viparita Karani [Fig. 10] Esta postura suele hacerse apoyando las piernas contra la pared. Cuando se siente incomodidad con las piernas estiradas hacia arriba en la pared, utilizar la silla proporciona alivio al tiempo que permite seguir obteniendo el beneficio de la inversión del flujo sanguíneo.
Cojines y zafus
Añaden altura, amortiguan y aportan peso. Quizá sean los accesorios más versátiles, por lo que se suelen utilizar en sustitución de bolsters, mantas o bloques cuando no es imprescindible una superficie plana y dura.
Postura activa con zafu: Sukhasana [Fig. 11] Permite sentarse con más altura y ganar peso para que la pelvis bascule. Esto neutraliza la curvatura en la zona lumbar y también proporciona una base sólida y estable para la parte inferior del cuerpo, algo indispensable si se va a pasar tiempo meditando en esta postura.
Postura pasiva con cojín: Savasana [Fig. 12] Un cojín debajo de la cabeza acerca la barbilla al esternón y crea espacio para las vértebras cervicales en la parte posterior del cuello.
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